La comunicación interventricular (CIV) es una condición en la cual existe un orificio o defecto en el tabique que separa los dos ventrículos del corazón. Esta condición puede ser congénita, es decir, presente desde el nacimiento, o adquirida debido a una lesión o enfermedad.
Los síntomas de la CIV pueden variar dependiendo del tamaño y la ubicación del defecto. Algunos de los síntomas comunes incluyen dificultad para respirar, fatiga, sudoración excesiva, palidez, falta de apetito y retraso en el crecimiento y desarrollo en los niños.
Si sospechas que puedes tener una CIV, es importante que consultes a un médico especialista en cardiología. El médico realizará un examen físico completo, escuchará los sonidos del corazón con un estetoscopio y puede solicitar pruebas adicionales como un electrocardiograma (ECG), una ecocardiografía o una radiografía de tórax.
El ECG puede mostrar anormalidades en el ritmo cardíaco y la ecocardiografía es una prueba de ultrasonido que permite visualizar el corazón y detectar cualquier defecto en el tabique. La radiografía de tórax puede mostrar agrandamiento del corazón o cambios en la estructura cardíaca.
Si se confirma el diagnóstico de CIV, el médico determinará el mejor enfoque de tratamiento. En algunos casos, la CIV puede cerrarse espontáneamente a medida que el niño crece. Sin embargo, en casos más graves, puede ser necesario realizar una cirugía para cerrar el defecto o utilizar dispositivos de cierre percutáneo.
Es importante recordar que solo un médico puede diagnosticar y tratar adecuadamente la CIV. No intentes autodiagnosticarte ni automedicarte. Si tienes preocupaciones sobre tu salud cardiovascular, busca atención médica profesional.