¿Cuáles son los síntomas del Síndrome de Zollinger-Ellison?

El Síndrome de Zollinger-Ellison (SZE) es una enfermedad rara y crónica que se caracteriza por la presencia de tumores en el páncreas o en el duodeno, los cuales secretan grandes cantidades de gastrina, una hormona que estimula la producción de ácido en el estómago. Esto conduce a la aparición de úlceras pépticas múltiples y recurrentes en el tracto gastrointestinal.

Los síntomas del SZE pueden variar en intensidad y presentación, y pueden incluir dolor abdominal, acidez estomacal, náuseas, vómitos, diarrea y pérdida de peso inexplicada. El dolor abdominal suele ser descrito como una sensación de ardor o punzada en la parte superior del abdomen, y puede empeorar después de las comidas.

La acidez estomacal es otro síntoma común del SZE, y se caracteriza por una sensación de quemazón en el pecho o en la garganta. Esto ocurre debido al exceso de ácido gástrico producido por los tumores, que puede irritar el revestimiento del esófago y causar una sensación de ardor.

Las náuseas y los vómitos son síntomas frecuentes en los pacientes con SZE, y pueden estar asociados con la presencia de úlceras pépticas o con la obstrucción del tracto gastrointestinal debido al crecimiento de los tumores. Estos síntomas pueden ser intermitentes y empeorar después de las comidas.

La diarrea también es un síntoma común del SZE, y puede ser causada por la hipersecreción de ácido gástrico, que puede afectar la absorción de nutrientes en el intestino delgado. Esto puede llevar a una malabsorción de grasas y a la aparición de heces sueltas y frecuentes.

La pérdida de peso inexplicada es otro síntoma característico del SZE, y puede ser el resultado de la disminución de la ingesta de alimentos debido a los síntomas digestivos, así como de la malabsorción de nutrientes causada por el exceso de ácido gástrico.

Es importante destacar que los síntomas del SZE pueden ser similares a los de otras enfermedades gastrointestinales, por lo que es fundamental realizar pruebas diagnósticas específicas, como análisis de sangre para medir los niveles de gastrina, endoscopias y pruebas de imagen, para confirmar el diagnóstico y establecer un plan de tratamiento adecuado.