La Corea Benigna Familiar, también conocida como Corea de Huntington Juvenil, es un trastorno del movimiento hereditario que se caracteriza por movimientos involuntarios y anormales, conocidos como corea. Aunque se trata de una enfermedad rara, es importante comprender las causas subyacentes que contribuyen a su desarrollo.
La Corea Benigna Familiar es causada por una mutación genética en el gen IT15, también conocido como gen de la huntingtina. Esta mutación se hereda de forma autosómica dominante, lo que significa que un solo padre afectado tiene un 50% de probabilidad de transmitir el gen mutado a sus hijos. A medida que se hereda el gen mutado, hay una alta probabilidad de desarrollar la enfermedad en algún momento de la vida.
El gen de la huntingtina contiene una secuencia repetitiva de trinucleótidos CAG. En condiciones normales, esta secuencia se repite de 10 a 35 veces. Sin embargo, en personas con Corea Benigna Familiar, la secuencia CAG se repite más de 36 veces, lo que resulta en la producción de una proteína anormal llamada huntingtina mutada. Esta proteína mutada se acumula en las células del cerebro, especialmente en los ganglios basales, una región que juega un papel crucial en el control del movimiento.
A medida que la huntingtina mutada se acumula en las células cerebrales, interfiere con su funcionamiento normal, lo que lleva a la aparición de los síntomas característicos de la Corea Benigna Familiar. Estos síntomas incluyen movimientos involuntarios y anormales, como sacudidas rápidas y descontroladas de las extremidades, movimientos faciales involuntarios y dificultad para controlar los movimientos finos.
Aunque la mutación genética es la causa principal de la Corea Benigna Familiar, existen otros factores que pueden influir en la gravedad y la edad de inicio de los síntomas. Por ejemplo, se ha observado que el número de repeticiones de la secuencia CAG en el gen de la huntingtina está inversamente relacionado con la edad de inicio de la enfermedad. Cuanto mayor sea el número de repeticiones, es más probable que los síntomas aparezcan a una edad más temprana.
Además, se ha demostrado que factores ambientales y epigenéticos pueden modular la expresión de la enfermedad. Por ejemplo, el estrés y la exposición a ciertas toxinas ambientales pueden acelerar la progresión de los síntomas en personas con Corea Benigna Familiar. También se ha observado que ciertos cambios epigenéticos, como la metilación del ADN, pueden influir en la gravedad de los síntomas.
En resumen, la Corea Benigna Familiar es causada por una mutación genética en el gen de la huntingtina, que resulta en la producción de una proteína anormal que se acumula en las células cerebrales. Esta acumulación interfiere con el funcionamiento normal de las células cerebrales y da lugar a los síntomas característicos de la enfermedad. Aunque la mutación genética es la causa principal, factores como el número de repeticiones de la secuencia CAG, factores ambientales y cambios epigenéticos también pueden influir en la gravedad y la edad de inicio de los síntomas.