El coloboma es una malformación congénita del ojo que puede afectar diferentes partes del globo ocular, como la retina, el iris o el nervio óptico. La práctica de deporte en personas con coloboma puede ser recomendable, siempre y cuando se tomen ciertas precauciones y se adapte a las necesidades individuales de cada persona.
En primer lugar, es importante que las personas con coloboma consulten a su médico o especialista en oftalmología antes de comenzar cualquier actividad deportiva. El profesional podrá evaluar el grado de afectación del coloboma y brindar recomendaciones específicas.
En general, se recomiendan deportes de bajo impacto y que no impliquen un riesgo elevado de lesiones o traumatismos oculares. Algunas opciones pueden ser la natación, el ciclismo, el yoga, el pilates o el senderismo. Estos deportes suelen ser seguros y no ejercen una presión excesiva sobre los ojos.
En cuanto a la frecuencia e intensidad, dependerá de la condición física y las capacidades individuales de cada persona. Es importante comenzar de forma gradual y progresiva, evitando esfuerzos excesivos que puedan generar fatiga o lesiones. Se recomienda realizar actividad física de forma regular, al menos tres veces por semana, con una duración de 30 a 60 minutos por sesión.
Es fundamental escuchar al cuerpo y respetar los límites propios. Si se experimenta dolor, molestias o visión borrosa durante la práctica deportiva, se debe interrumpir la actividad y consultar a un médico.
En resumen, la práctica de deporte en personas con coloboma puede ser recomendable, siempre y cuando se realice bajo supervisión médica y se elijan deportes de bajo impacto. La frecuencia e intensidad dependerán de las capacidades individuales, pero se recomienda una actividad física regular y progresiva.