El Trastorno por estrés postraumático (TEPT) es un trastorno mental que puede desarrollarse después de haber experimentado o presenciado un evento traumático. Aunque el TEPT ha sido reconocido y estudiado en las últimas décadas, su historia se remonta mucho más atrás.
El concepto de estrés postraumático se puede encontrar en textos antiguos, como los escritos de los antiguos griegos y romanos. Sin embargo, fue durante la Primera Guerra Mundial cuando se comenzó a prestar más atención a los efectos psicológicos del trauma en los soldados. En ese momento, se le llamaba "neurosis de guerra" y se creía que era causada por la exposición a la violencia y la muerte en el campo de batalla.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se observaron síntomas similares en los soldados que habían experimentado combates intensos. Se les diagnosticaba con "fatiga de combate" o "neurosis de guerra". Sin embargo, el TEPT como diagnóstico específico no se estableció hasta 1980, cuando se incluyó en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-III) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.
Desde entonces, se ha realizado una amplia investigación sobre el TEPT y se ha llegado a comprender mejor sus causas y tratamientos. Se ha descubierto que no solo los soldados pueden desarrollar TEPT, sino que cualquier persona que haya experimentado un evento traumático, como un accidente grave, un desastre natural o un abuso, puede verse afectada.
El TEPT se caracteriza por una serie de síntomas, que incluyen recuerdos intrusivos del evento traumático, pesadillas, evitación de situaciones relacionadas con el trauma, cambios en el estado de ánimo y la cognición, y una respuesta de sobresalto exagerada. Estos síntomas pueden ser debilitantes y afectar la calidad de vida de quienes los padecen.
El tratamiento del TEPT ha evolucionado a lo largo de los años. Las terapias cognitivo-conductuales, como la terapia de exposición y la terapia de reestructuración cognitiva, se han demostrado eficaces en el manejo de los síntomas del TEPT. Además, los medicamentos, como los antidepresivos y los estabilizadores del estado de ánimo, también pueden ser utilizados en combinación con la terapia.
En resumen, el TEPT ha sido reconocido y estudiado durante décadas, pero su diagnóstico específico y tratamiento se establecieron en la década de 1980. A medida que se ha avanzado en la comprensión de este trastorno, se han desarrollado mejores enfoques terapéuticos para ayudar a las personas a superar los efectos debilitantes del trauma.