Las personas con síndrome de Crouzon tienen una expectativa de vida normal, siempre y cuando cumplan con el tratamiento médico y lleven una dieta adecuada.
La mayoría de los niños con esta condición no se ven afectados intelectualmente, sin embargo, entre las consecuencias de este trastorno hereditario raro se encuentra la alteración de la forma de la cara y los problemas de visión y audición, por lo que la falta de tratamiento o el retraso en el mismo pueden provocar la muerte prematura del paciente.