La Dracunculiasis, también conocida como enfermedad del gusano de Guinea, es una enfermedad parasitaria causada por el nematodo Dracunculus medinensis. Aunque en el pasado fue una enfermedad endémica en varias regiones de África, hoy en día se ha logrado un gran avance en su erradicación.
Gracias a los esfuerzos de organizaciones internacionales de salud, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Carter Center, así como a la colaboración de gobiernos y comunidades locales, se ha logrado reducir drásticamente el número de casos de Dracunculiasis en los últimos años. En 1986, se estimaba que había alrededor de 3.5 millones de casos en 20 países, mientras que en 2020 solo se reportaron 27 casos en dos países.
Este progreso se ha logrado principalmente a través de la implementación de medidas preventivas, como la educación sobre higiene y el suministro de agua potable segura. Además, se ha llevado a cabo una campaña de erradicación centrada en el control de la enfermedad en animales y la eliminación de los cuerpos de agua contaminados con las larvas del parásito.
A pesar de estos avances, la erradicación total de la Dracunculiasis aún presenta desafíos. La enfermedad tiene un ciclo de vida complejo y las larvas pueden sobrevivir en el agua durante meses. Además, la falta de acceso a agua potable y la presencia de conflictos armados en algunas regiones dificultan la implementación de medidas preventivas.
Sin embargo, con la continua colaboración entre los diferentes actores involucrados y la dedicación a largo plazo, es posible lograr la erradicación completa de la Dracunculiasis en un futuro cercano. Esto no solo mejoraría la salud de las comunidades afectadas, sino que también sería un hito importante en la lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas en general.