La enfermedad trofoblástica gestacional (ETG) es un grupo de trastornos que se caracterizan por el crecimiento anormal de las células que normalmente forman la placenta durante el embarazo. Estos trastornos incluyen la mola hidatiforme completa, la mola hidatiforme parcial, el coriocarcinoma, la placenta previa y el embarazo molar invasivo. El diagnóstico de la ETG se basa en una combinación de síntomas clínicos, pruebas de laboratorio y estudios de imagen.
El primer paso en el diagnóstico de la ETG es realizar una historia clínica detallada y un examen físico completo. Durante la historia clínica, el médico puede preguntar sobre los síntomas que el paciente está experimentando, como sangrado vaginal anormal, presión arterial alta o niveles elevados de hormona del embarazo (gonadotropina coriónica humana, hCG). También se pueden preguntar antecedentes de embarazos previos y cualquier tratamiento de fertilidad que se haya realizado.
Después de la historia clínica, se realizan pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico de ETG. La prueba más común es la medición de los niveles de hCG en sangre. En la mayoría de los casos de ETG, los niveles de hCG están elevados en comparación con un embarazo normal. Sin embargo, los niveles de hCG también pueden estar elevados en otros trastornos, como embarazo ectópico o aborto espontáneo, por lo que se requieren pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico.
Una de las pruebas adicionales más comunes es la ecografía. Durante una ecografía, se utiliza un dispositivo de ultrasonido para crear imágenes del útero y los órganos reproductivos. En el caso de la ETG, la ecografía puede mostrar signos de una mola hidatiforme, como la presencia de quistes en el útero o la ausencia de un feto en desarrollo. Sin embargo, la ecografía no siempre es suficiente para confirmar el diagnóstico de ETG, por lo que se pueden realizar otras pruebas.
Una de las pruebas más invasivas es la biopsia de vellosidades coriónicas. Durante este procedimiento, se extrae una pequeña muestra de tejido de la placenta para su análisis en el laboratorio. La biopsia de vellosidades coriónicas puede proporcionar información más precisa sobre el tipo de ETG presente y ayudar a guiar el tratamiento adecuado.
En algunos casos, se puede realizar una resonancia magnética (RM) para evaluar la extensión de la enfermedad. La RM utiliza imanes y ondas de radio para crear imágenes detalladas de los órganos internos. Esto puede ser útil para determinar si la ETG se ha diseminado a otros órganos, como los pulmones o el cerebro.
En resumen, el diagnóstico de la enfermedad trofoblástica gestacional se basa en una combinación de síntomas clínicos, pruebas de laboratorio y estudios de imagen. La historia clínica y el examen físico proporcionan información inicial, mientras que las pruebas de laboratorio, como la medición de los niveles de hCG, ayudan a confirmar el diagnóstico. Las pruebas de imagen, como la ecografía y la resonancia magnética, pueden proporcionar información adicional sobre la extensión de la enfermedad. En algunos casos, se puede realizar una biopsia de vellosidades coriónicas para obtener una muestra de tejido de la placenta y confirmar el diagnóstico.