La arteritis de células gigantes (ACG), también conocida como arteritis de células gigantes de la temporal, es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a las arterias de mediano y gran calibre, especialmente las arterias temporales. Aunque la causa exacta de la ACG aún no se conoce completamente, se cree que hay varios factores que pueden contribuir al desarrollo de esta enfermedad.
Uno de los principales factores de riesgo para la ACG es la predisposición genética. Se ha observado que la enfermedad tiende a ser más común en personas de ascendencia caucásica, especialmente en aquellos con antecedentes familiares de ACG. Esto sugiere que puede haber una base genética para la enfermedad, aunque los genes específicos involucrados aún no se han identificado.
Además, se ha observado una asociación entre la ACG y el sistema inmunológico. Se cree que la enfermedad es el resultado de una respuesta inmunológica anormal, en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error las células sanas de las arterias. Esto puede deberse a una combinación de factores, como infecciones virales o bacterianas previas, que pueden desencadenar una respuesta inmunológica exagerada.
La edad también es un factor de riesgo importante para la ACG, ya que la enfermedad tiende a afectar principalmente a personas mayores de 50 años. Aunque no se comprende completamente por qué la ACG es más común en personas mayores, se cree que puede estar relacionado con cambios en el sistema inmunológico y en la función de las arterias con la edad.
Además, se ha observado una asociación entre la ACG y la inflamación de las arterias. Se cree que la inflamación crónica de las arterias puede dañar las células que recubren las paredes arteriales, lo que a su vez puede desencadenar una respuesta inflamatoria y la formación de células gigantes. Esta inflamación puede estar relacionada con factores como el tabaquismo, la obesidad y la hipertensión arterial.
En resumen, aunque la causa exacta de la arteritis de células gigantes aún no se conoce completamente, se cree que hay varios factores que pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad, incluyendo la predisposición genética, la respuesta inmunológica anormal, la edad y la inflamación de las arterias. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender mejor los mecanismos subyacentes de la enfermedad y desarrollar tratamientos más efectivos.