Mi hijo la recibió cuando tenía tres años. Lo más difícil fue no poder quitarle el dolor articular por completo. Lo manejó con paracetamol y bolsas de lavanda ponderadas para la inflamación y el dolor articular. Todavía podía asistir a la guardería y podía tomar tiempo libre si lo necesitaba. La proteína estaba presente en la orina en los controles hospitalarios, pero sólo una pequeña cantidad, sin compromiso renal. Tuvimos suerte aunque tuvo una recaída (no tan mala como la primera), fue dado de alta del hospital después del año.