Mi realidad

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Conocía de esta fecha 1° de Diciembre, más sin embargo para mi no era algo especial puesto que no formaba parte de las estadísticas, pero hace tiempo todo cambio. Mi vida día un giro abrupto, algo que no considero alguien espera le pueda llegar a ocurrir. Tal vez muchas veces me ponía a pensar y me preguntaba a mi mismo que se sentiría tener una enfermedad de por vida. No sabía lo que decía y desconocía que dentro de poco yo mismo me iba a poder responde esa pregunta. 
Si bien no es algo grato, tampoco puedo decir que es el final. Aún recuerdo aquel día, me encontraba tranquilo, relajado, no era la primera vez que iba, pocos metros antes de llegar al lugar que acostumbraba a visitar para la realización mi respiración se comenzó a agitar, mis latidos aumentaron y los nervios se apoderaron de mi. Daba la impresión de que mi cuerpo me quería alertar de algo, llegué me registré y pasé. Una amable señorita me atendió y entabló conmigo una breve conversación previa y posteriormente la realización volvimos a charlar sobre los posibles escenarios, trate de ser racional y dar una respuesta que impresionara tanto a ella como a mi. Minutos más tarde llegó el momento de conocer los resultados, el primero de ellos con un resultado esperado como el valor de referencia, respiré tranquilamente pero aún habían nervios puesto que faltaba el más angustioso. 
Llegó el momento de conocer el segundo resultado, al verlo entré en estado de shock, ella me hablaba y me explicaba cosas que mi razón no me deja entender, en mi cerebro pasaron muchas ideas, todas ellas malas, sentí como mi mundo se vino abajo, mis ilusiones, mis metas, mis sueños, en resumen todo mi mundo se derrumbaba. Oculte todo eso y trate de ser lo más racional que pude, me canalizó a otro lugar para confirmar el resultado y poder tener un mejor panorama. No lo dudé e inmediatamente fui. Me recibió un joven muy amable y se sorprendió de que haya llegado tan pronto. Nuevamente me registro, y proceden a realizarme un estudio, el joven me hace compañía y me guía en todo momento; eso hace que no me sientes tan solo; por azares del destino él se tiene que retirar, por un momento me siento indefenso pero comienzo a llamar a mis amigos, una de ellas responde a mi llamado y sin dudarlo viene en camino. Recibo un mensaje; es de mi hermana; me quedo estupefacto, sin aliento; lo dudo demasiado tiempo, me armé de valor y le respondo, le doy una idea de lo que pasa, me brinda palabra de aliento y me ofrece su compañía, yo la rechazó en ese momento lo que menos quería eres ver a alguien de mi familia a los ojos. Comienza a correr el reloj y con ello las horas más angustiosas de mi vida, trato de tranquilizarle pero estando solo los nervios me invaden, en eso ella llega, me vuelvo a sentir cobijado comenzamos a platicar, me comienza a dar palabras de aliento. Llega el momento sale una médico de un consultorio diciendo mi nombre, los nervios vuelven, en ese momento sé que sólo hay una baja probabilidad de un resultado que me pudiera tranquilizar. Entro y cierro la puerta, me saluda amablemente, me comienza a explicar que estudio se hizo y posteriormente lee una hoja y me confirma lo que unas horas atrás me habían dicho. El shock vuelve pero se que afuera hay alguien que me espera. Salgo y sólo abrazo a mi amiga. 
Salimos, caminamos, charlamos, me abraza y en ese momento unas lágrimas recorren mi rostro, me seco las lágrimas y vamos por un café, platicamos de lo que sigue, en eso llega otra amiga, ambas me alientan y me dicen que la vida no se acaba aquí. Después de una plática extensa, llega el momento de partir e ir a casa, no sabía que iba a hacer, ni que iba a decir, es más no quería llegar a casa, pero tengo que. Al llegar actúo como si nada pasara. Todos se van a dormir, mi hermana viene y me abraza y me dice que todo estará bien y las lágrimas vuelven a caer sobre mi rostro. Al día siguiente mi hermana me acompaña a volver a repetir el estudio, bien dicen que la esperanza muere al último, al salir del laboratorio vamos a desayunar y platicamos respecto al tema, me hace darme que cuenta que esto no es el fin sino un nuevo comienzo. Una nueva oportunidad. 
Al llegar el lunes nuevamente el resultado me confirma lo que ya sabía, se lo comunico a mi hermana y trata de convencerme de repetirlo nuevamente, pero yo decido no hacerlo y tomar la riendas de mi vida y de mi diagnóstico y hacerle frente. Es así como el 4 de mayo me convierto en un guerrero más ante el virus de inmunodeficiencia humana mejor conocido como VIH. Comienzo con una batalla que si bien no ha sido fácil, no puedo decir que ha sido imposible. He tenido la dicha y fortuna de tener grandes amigos que me han demostrado que estarán hoy y siempre conmigo, una gran familia que no lo dudo y no titubeó ni un momento en ofrecerme su apoyo. Me gustaría decir que todo es miel sobre hojuelas, tanto sucesos buenos como malos se han hechos presentes. 
Lo bueno sin duda el apoyo de mi familia, amigos, y la atención médica, psicológica y nutricional que he recibido, así como la ayuda y amistad de personas que como yo viven con estos a quienes sin duda alguna considero otra familia. Pero lo malo también se ha presentado, y es que aunque hayan muchos avances respecto a esta condición de vida aún hay muchos estigmas y prejuicios latentes en nuestra sociedad, con lo cual uno se da cuenta que no importa el nivel de preparación de la gente eso no erradica la ignorancia respecto al tema, cuando desde mi punto de vista es algo de lo cual todos necesitamos saber algo puesto que hoy en día todos estamos expuestos, esta es una enfermedad que no distingue género, posición económica, religión ni preferencia sexual. Un error de confianza como el que yo tuve lo puede tener cualquiera, tal vez en algunos casos no se de la infección pero con una vez basta para estar en riesgo latente. No es algo que se lo deseo a cualquiera porque sé que no es nada sencillo, no todos cuentan con las herramientas o apoyo que poseo y eso hará la diferencia entre una batalla sencilla y una batalla difícil. 
Pero, por qué hacerle esto más difícil a alguien como yo? Acaso brinda satisfacción? Yo creo está algo lejos de hacerlos mejores seres humanos. Tal vez los efectos por la medicación ya no sean tan severos, pero el factor emocional juega un papel muy importante en ésta: nuestra batalla. No es que le demos mucha importancia a la enfermedad, pero somos humanos y por más fuertes que digamos ser una mala palabra o actitud siempre dolerá fortísimo a comparación de un golpe. Una palabra de aliento o un abrazo pueden hacer la diferencia hay que demostrarles que no están solos, que hay muchas personas en el país y en el mundo con lo mismo. 
Vida sólo hay una, y por eso ahora la vivo con más ganas de la que la vivía antes y con mucha más responsabilidad, hoy por hoy he aprendido lo que me beneficia y lo que me es perjudicial y lo que tengo que hacer para tener una gran calidad de vida. Lamentablemente en el resto de nuestros días nos encontraremos con situaciones que nos pondrán a prueba, situaciones que dolerán pero que dejaran un aprendizaje. Porque la vida es eso: un continúo aprendizaje. 
Soy como tu, soy como cualquier otra persona, soy un humano y al igual que tu tengo fortalezas y debilidades, virtudes y defectos y el hecho de que sea 0+ no significa que tenga impedimento alguno para realizar mis actividades. 
Ahora a seguir luchando por un trato igualitario, una no discriminación, cero prejuicios y hacer conciencia en la gente para poder erradicar esta pandemia y no perder la esperanza en que la cura llegará.