La enfermedad de Huntington es un trastorno neurodegenerativo hereditario que se caracteriza por la degeneración progresiva de las células nerviosas en ciertas áreas del cerebro. Aunque se ha avanzado mucho en la comprensión de esta enfermedad, aún no se conocen todas las causas exactas que la desencadenan. Sin embargo, se ha identificado una mutación genética como la principal responsable de su aparición.
La enfermedad de Huntington es causada por una mutación en el gen HTT (Huntingtin), ubicado en el cromosoma 4. Esta mutación consiste en la repetición anormal de una secuencia de tres letras en el ADN, conocida como trinucleótido CAG. En individuos sanos, esta secuencia se repite entre 10 y 35 veces, pero en personas con la enfermedad de Huntington, la repetición excede las 40 veces.
La mutación del gen HTT provoca la producción de una proteína anormal llamada huntingtina mutada. Esta proteína se acumula en las células del cerebro y forma agregados tóxicos, conocidos como inclusiones intranucleares, que dañan gradualmente las células nerviosas y causan su muerte. A medida que las células se degeneran, se produce una disminución progresiva de la función cerebral, lo que se traduce en los síntomas característicos de la enfermedad de Huntington.
La herencia de la enfermedad de Huntington sigue un patrón autosómico dominante, lo que significa que un solo padre afectado con la mutación tiene un 50% de probabilidad de transmitir la enfermedad a cada uno de sus hijos. Esto implica que cualquier persona que herede la mutación del gen HTT desarrollará la enfermedad en algún momento de su vida.
Aunque la mutación genética es la causa principal de la enfermedad de Huntington, existen otros factores que pueden influir en la edad de inicio y la progresión de los síntomas. Por ejemplo, la longitud de la repetición CAG en el gen HTT se ha correlacionado con la edad de inicio de la enfermedad: a mayor número de repeticiones, se suele presentar una aparición más temprana de los síntomas.
Además, se ha observado que ciertos factores ambientales y estilo de vida pueden influir en la velocidad de progresión de la enfermedad. Por ejemplo, el estrés crónico, la falta de sueño, el consumo de alcohol y el tabaquismo pueden acelerar el deterioro cognitivo y motor en personas con la enfermedad de Huntington.
La investigación científica también ha identificado una serie de mecanismos biológicos que podrían contribuir al desarrollo y progresión de la enfermedad de Huntington. Entre ellos se encuentran la disfunción mitocondrial, el estrés oxidativo, la excitotoxicidad, la disminución de la neurogénesis y la alteración del sistema de transporte axonal. Estos mecanismos pueden interactuar entre sí y contribuir de manera conjunta a la degeneración neuronal observada en la enfermedad.
En resumen, la enfermedad de Huntington es causada principalmente por una mutación genética en el gen HTT, que da lugar a la producción de una proteína anormal llamada huntingtina mutada. Esta proteína se acumula en las células nerviosas y causa su degeneración y muerte. Aunque la mutación genética es la causa principal, otros factores como la longitud de la repetición CAG, factores ambientales y estilo de vida, así como mecanismos biológicos, pueden influir en la edad de inicio y la progresión de la enfermedad. Aunque aún queda mucho por investigar, estos avances en la comprensión de las causas de la enfermedad de Huntington han abierto nuevas puertas para el desarrollo de terapias y tratamientos más efectivos.