En su apariencia
La mayoría de niños con Síndrome de Jacobsen tienen rasgos similares entre ellos. Como características más frecuentes encontramos orejas de implantación baja, frente prominente (causada por una unión prematura de los huesos en la sutura central anterior del cráneo, que se conoce como trigonocefalia), ojos separados (hipertelorismo), puente nasal ancho, extremos de la boca curvados hacia abajo (boca de carpa), párpados caídos (ptosis), mandíbula inferior pequeña, pliegues de la piel en el extremo interior de los ojos (pliegues del epicantus) y cabeza pequeña.
En su alimentación
Muchos bebés son reacios a succionar y les resulta difícil coordinar la succión y la deglución. Algunos bebés también tienen reflujo, por lo que los alimentos en el estómago fluyen de vuelta por el esófago. La mayoría de los problemas de alimentación son el resultado de un bajo tono muscular y de una inmadurez en la coordinación, y ambos mejoran con la edad; y en el caso de niños con problemas cardíacos, tras la cirugía cardíaca.
En sus habilidades motoras
Todos los niños aprenden a caminar. La mayoría de los niños lo logra superando la hipotonía (flacidez muscular, bajo tono) y algunos niños necesitan tratamientos ortopédicos específicos para tratar problemas como ciertas deformaciones en el pie (pie zambo) y rigidez de los músculos del pie y pantorrilla.
En su aprendizaje
La mayoría de los niños con el Síndrome de Jacobsen aprenden más lentamente que sus compañeros de clase y habitualmente tienen dificultades leves o moderadas para el aprendizaje. Algunos niños aprenden a un ritmo normal y se ha sugerido una asociación entre el tamaño de la supresión y la capacidad de aprendizaje.
En el habla
El habla aparece tarde y los niños necesitan apoyo para usar medios de comunicación alternativos (dibujos y gestos) hasta que son capaces de expresar sus deseos y necesidades. La gran mayoría de la gente con el Síndrome aprende a hablar y algunos de ellos lo hacen con fluidez.
En su conducta
Tienen una conducta desafiante y muestran tendencia a reclamar la atención de los demás. Algunos tienen rabietas espectaculares, pero éstas, así como los comportamientos agresivos, tienden a desaparecer conforme se desarrolla el lenguaje.
En el sueño
una gran mayoría (77%), incluyendo seis adultos del estudio, no tienen actualmente un problema de sueño. Alrededor de una cuarta parte de las personas sí tienen un problema de sueño (que se produce al menos una noche a la semana) y en algunos casos es grave (se producen tres o más noches a la semana).