La Disostosis Espondilocostal Autosómica Recesiva (DEAR) es una enfermedad genética rara que afecta el desarrollo de los huesos y la columna vertebral. En casos de DEAR, es importante tener en cuenta las limitaciones físicas y la fragilidad ósea que pueden presentarse.
Siempre es recomendable que las personas con DEAR realicen actividad física, ya que puede proporcionar beneficios para la salud en general, como mejorar la fuerza muscular, la flexibilidad y la salud cardiovascular. Sin embargo, es fundamental adaptar el tipo de deporte y la intensidad a las necesidades y capacidades individuales de cada persona.
En general, se sugiere que las personas con DEAR eviten deportes de alto impacto que puedan poner en riesgo la integridad de la columna vertebral, como el levantamiento de pesas o deportes de contacto. En su lugar, se pueden considerar actividades de bajo impacto como la natación, el ciclismo, el yoga o el pilates, que pueden ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad sin ejercer una presión excesiva sobre la columna vertebral.
La frecuencia e intensidad de la actividad física deben ser determinadas por un médico o fisioterapeuta especializado, teniendo en cuenta el estado de salud y las limitaciones individuales de cada persona. Es importante comenzar de manera gradual y progresiva, prestando atención a cualquier señal de dolor o malestar.
En resumen, es recomendable que las personas con DEAR realicen actividad física adaptada a sus necesidades individuales. Deportes de bajo impacto como la natación, el ciclismo, el yoga o el pilates pueden ser opciones adecuadas. La frecuencia e intensidad deben ser determinadas por un profesional de la salud. Siempre es importante escuchar al cuerpo y adaptar la actividad física según sea necesario.