Para mí, comenzó como una sensación de resfriado común, luego rápidamente empeoró, nada de lo que me habían recetado o el médico me lo estaba curando. Tuve: dolor de garganta extremo, fiebres peligrosamente altas, síntomas parecidos a los de la gripe (vómitos, escalofríos, debilidad, dolores, etc.), coágulos de sangre en la yugular, coágulos de sangre en los pulmones, líquido en los pulmones, pulmones colapsados, sepsis, desnutrición (de no poder comer durante semanas).