La leptospirosis puede curarse en la mayoría de los casos. Se trata de una infección producida por una bacteria que produce síntomas vagos como tos seca, dolor de cabeza, dolor de cuerpo, fiebre, dolor de estómago, diarreas que pueden ser confundidos con otras enfermedades.
Si es diagnosticada a tiempo y se pone el tratamiento adecuado puede erradicarse por completo y tiene cura. Sin embargo si no se trata puede ser persistente y aunque no está muy estudiado podría llegar a cronificarse.