Tratamiento Conservador
El lipedema puede tratarse de diferentes formas. Una de ellas es la conocida como convencional. El tratamiento convencional consiste en una terapia física descongestiva que incluye en primer lugar un drenaje linfático manual (DLM). Este drenaje consiste en la realización de un masaje con diferentes tipos de movimientos por parte del especialista. Siguiendo la corriente de los conductos linfáticos el médico estimula el drenaje de dichos conductos y se podría decir que realiza una limpieza de las zonas congestionadas. Hay que tener claro que se trata de una técnica que el especialista debe controlar ya que es muy precisa y en ella, depende mucho del tipo de paciente que se trate.
Esta terapia conservadora también incluye el uso de medias de compresión de tejido plano. Estas medias ayudan a ralentizar el crecimiento de las células grasas de nuestro organismo además de mejorar el sistema linfático. Del mismo modo, mediante su uso se reduce la sensación de piernas cansadas. Su uso también está recomendado para cuando se realiza deporte ya que regulan la circulación sanguínea. En el caso de sufrir lipedema, la media facilita una piel firme en la que los músculos se contraigan y provoca que la presión se ejerza en los vasos linfáticos de quien las usa. De esta forma, el fluido se mueve mejor.
De la misma forma, las medias de compresión de tejido circular (estilo panty) también se recomiendan cuando se padece de lipedema y se quiere tratar de forma convencional. Como cualquier media, tienen distinto grosor dependiendo de lo que el experto recomiende, pero todas sirven para tratar las afecciones venosas y las varices. En numerosas ocasiones se utiliza también para las trombosis.
Tratamiento quirúrgico
En el tratamiento quirúrgico del lipedema distinguimos dos tipos de técnicas.
En primer lugar, encontramos la denominada Liposucción PAL o técnica asistida por potencia. Este tipo de aparatos de PAL funcionan gracias a la potencia generada por un motor eléctrico o aire comprimido que crea un movimiento de succión a través de una cánula. La cánula es el tubo empleado para la extracción de grasa. Este elemento rompe las células grasas para que se pueda succionar la misma. Para ello se inyecta un liquido anestésico.
Como beneficios de este tipo de técnica cabe destacar que gracias a la cánula se llega a zonas donde se acumula mucha grasa. De este modo se trata de un procedimiento más rápido que la técnica manual pero, aún así, no resulta un tratamiento muy recomendado ya que gracias a los avances, la experiencia ha demostrado que es más aconsejable la denominada Técnica WAL.
Otro tipo de tratamiento y para nuestros expertos el mejor para lograr eliminar el lipedema es la liposucción WAL (Water-Jet Assisted). En esta técnica después de proceder a la desinfección de la zona que va a tratarse, se hacen unas incisiones mínimas para poder permitir que las cánulas accedan a determinadas zonas. Bajo anestesia local comienza el proceso caracterizado por ser una liposucción suave con pulverización de agua y a diferencia de la liposucción clásica o PAL, ésta es la óptima para no romper los vasos linfáticos y eliminar la grasa de una manera más precisa y satisfactoria.
Sobre este proceso cabe destacar que es uno de los más utilizados y efectivos para las pacientes que tienen lipedema. Tras marcar y señalar las zonas en las que se va a realizar este tipo de tratamiento, el agua pulverizada ayuda a que pueda disolverse de mejor forma la grasa acumulada en dichas zonas.
Cabe señalar que para decidir qué tratamiento se utiliza, es fundamental tratar con un especialista que realice un estudio previo y que, valorando el perfil del paciente, decida cuál es la mejor opción para llevar a cabo la eliminación de dicha grasa.
En nuestra Clinica, el Doctor Welss y el Doctor Heck realizan un tratamiento exhaustivo y específico para determinados pacientes.