El MSD es una enfermedad genética muy rara, progresiva y fatal que principalmente afecta el sistema nervioso y provoca retraso de motricidad. Esta condición caracterizada por múltiples deficiencias de sulfatasa (las enzimas llamadas arilsulfatasas A, B y C) no tiene cura y aún se está explorando en abordajes terapéuticos ante un nulo tratamiento.