El Noma, también conocido como gangrena de la boca, es una enfermedad devastadora que afecta principalmente a niños desnutridos en países en desarrollo. Esta enfermedad causa una destrucción progresiva de los tejidos faciales, incluyendo los músculos y los huesos. Debido a la gravedad de esta enfermedad y sus consecuencias físicas, es importante tener precaución al recomendar la práctica de deporte a personas que la padecen.
En primer lugar, es fundamental tener en cuenta el estado de salud general de la persona afectada por el Noma. Dado que esta enfermedad está asociada a la desnutrición y a un sistema inmunológico debilitado, es necesario evaluar cuidadosamente si la persona tiene la capacidad física para realizar actividad física. En muchos casos, los pacientes con Noma pueden presentar debilidad muscular y ósea, lo que puede limitar su capacidad para participar en deportes de alta intensidad.
Si la persona afectada por el Noma tiene la capacidad física para practicar deporte, es recomendable optar por actividades de baja intensidad y bajo impacto. Por ejemplo, caminar, nadar o realizar ejercicios de estiramiento pueden ser opciones adecuadas. Estas actividades ayudarán a mejorar la circulación sanguínea, fortalecer los músculos y mantener la movilidad articular, sin ejercer una carga excesiva sobre el cuerpo.
En cuanto a la frecuencia e intensidad, es importante adaptar el programa de ejercicio a las capacidades individuales de la persona. Es recomendable comenzar con sesiones cortas y de baja intensidad, e ir aumentando gradualmente la duración y la intensidad a medida que la persona vaya ganando fuerza y resistencia. Es fundamental escuchar al cuerpo y evitar forzarlo más allá de sus límites, ya que esto podría causar lesiones o empeorar el estado de salud general.
Además, es importante contar con la supervisión de un profesional de la salud, como un médico o un fisioterapeuta, que pueda evaluar y guiar el programa de ejercicio de manera segura y efectiva. Estos profesionales podrán adaptar el programa a las necesidades individuales de la persona, teniendo en cuenta su estado de salud y sus objetivos.
En resumen, si una persona afectada por el Noma tiene la capacidad física para practicar deporte, es recomendable optar por actividades de baja intensidad y bajo impacto, como caminar, nadar o realizar ejercicios de estiramiento. Es importante adaptar el programa de ejercicio a las capacidades individuales de la persona y contar con la supervisión de un profesional de la salud.