La prevalencia del Trastorno de Aprendizaje No Verbal (TANV) varía según los estudios realizados, pero se estima que afecta aproximadamente al 3-5% de la población. Sin embargo, es importante destacar que la falta de conciencia y el subdiagnóstico pueden llevar a una subestimación de la prevalencia real. El TANV se caracteriza por dificultades en la percepción visual-espacial, habilidades motoras finas y la comprensión de las señales no verbales. Aunque no se considera un trastorno común, su impacto en el rendimiento académico y social de quienes lo padecen puede ser significativo. Es fundamental una detección temprana y una intervención adecuada para mejorar la calidad de vida de las personas con TANV.
El Trastorno de Aprendizaje No Verbal (TANV) es un trastorno poco conocido y menos estudiado en comparación con otros trastornos del aprendizaje, como la dislexia o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Debido a esta falta de investigación, la prevalencia exacta del TANV no está claramente establecida.
Sin embargo, se estima que el TANV afecta aproximadamente al 3-5% de la población, lo que lo convierte en un trastorno relativamente común. Es importante destacar que esta cifra puede variar dependiendo de los criterios de diagnóstico utilizados y de la población estudiada.
El TANV se caracteriza por dificultades en la percepción visual-espacial, habilidades motoras finas y coordinación, así como en la comprensión de las señales no verbales, como expresiones faciales y lenguaje corporal. Estas dificultades pueden afectar el rendimiento académico y social de quienes lo padecen.
Aunque el TANV puede ser diagnosticado en la infancia, a menudo persiste hasta la edad adulta. Es fundamental que se realicen más investigaciones para comprender mejor este trastorno y mejorar su detección y tratamiento. La conciencia y el conocimiento sobre el TANV son clave para garantizar un apoyo adecuado a las personas que lo padecen.