La Atrofia hemifacial progresiva, también conocida como Síndrome de Parry-Romberg, es una enfermedad rara y poco conocida que afecta principalmente a la cara y el cráneo. Se caracteriza por una degeneración progresiva y unilateral de los tejidos blandos y óseos de la mitad de la cara, lo que resulta en una asimetría facial notable.
Los síntomas pueden variar en cada individuo, pero generalmente comienzan con una pérdida de grasa y tejido subcutáneo en un lado de la cara, lo que provoca una apariencia hundida. A medida que la enfermedad progresa, puede afectar los músculos faciales, los huesos, los dientes y los tejidos conectivos. Esto puede llevar a problemas de visión, dificultades para masticar y tragar, así como deformidades faciales significativas.
La causa exacta de la Atrofia hemifacial progresiva no se conoce, pero se cree que puede estar relacionada con una respuesta autoinmune o un trastorno neurológico. La enfermedad generalmente comienza en la infancia o la adolescencia y afecta más a las mujeres que a los hombres.
El tratamiento de esta enfermedad es complicado y se centra en el manejo de los síntomas. Puede incluir cirugía reconstructiva, terapia física y ocupacional, así como el uso de medicamentos para controlar el dolor y la inflamación.
Aunque la Atrofia hemifacial progresiva es una enfermedad crónica y progresiva, cada caso es único y los síntomas pueden variar en severidad. Es importante que los pacientes reciban un diagnóstico temprano y un enfoque multidisciplinario en su atención médica para mejorar su calidad de vida y abordar los desafíos físicos y emocionales que esta enfermedad puede presentar.