La sinovitis vellonodular pigmentada (SVP) es una enfermedad inflamatoria crónica de las articulaciones que afecta principalmente a la membrana sinovial, que es el tejido que recubre las articulaciones. Esta enfermedad se caracteriza por la proliferación anormal de células en la membrana sinovial, formando nódulos o tumores benignos que contienen pigmento.
Los síntomas de la sinovitis vellonodular pigmentada pueden variar dependiendo de la ubicación de los nódulos y la gravedad de la enfermedad. Los síntomas más comunes incluyen dolor articular, hinchazón, rigidez, limitación en el rango de movimiento y crepitación articular (ruidos de chasquido o crujido). Estos síntomas suelen empeorar con la actividad física y mejorar con el reposo.
En algunos casos, la SVP puede afectar a varias articulaciones, como la rodilla, el hombro, la cadera o el tobillo. En otros casos, puede ser localizada en una sola articulación. La hinchazón y el dolor son los síntomas más evidentes, y la articulación afectada puede sentirse caliente al tacto.
En etapas avanzadas de la enfermedad, los nódulos sinoviales pueden crecer lo suficiente como para comprimir estructuras vecinas, como los nervios o los vasos sanguíneos, lo que puede causar síntomas adicionales. Por ejemplo, si la SVP afecta la rodilla, puede haber bloqueo o inestabilidad de la articulación, lo que dificulta la movilidad y puede llevar a caídas o lesiones adicionales.
Es importante destacar que los síntomas de la sinovitis vellonodular pigmentada pueden ser similares a los de otras enfermedades articulares, como la artritis reumatoide o la osteoartritis. Por lo tanto, es fundamental realizar un diagnóstico preciso a través de pruebas de imagen, como radiografías, resonancias magnéticas o ecografías, y análisis de líquido sinovial.
En conclusión, la sinovitis vellonodular pigmentada es una enfermedad inflamatoria crónica de las articulaciones que se caracteriza por la proliferación anormal de células en la membrana sinovial. Los síntomas más comunes incluyen dolor articular, hinchazón, rigidez, limitación en el rango de movimiento y crepitación articular. El diagnóstico preciso es fundamental para un tratamiento adecuado, por lo que es importante consultar a un médico especialista en enfermedades articulares.