El Síndrome de Roberts es una enfermedad genética extremadamente rara que afecta el desarrollo del feto durante el embarazo. Fue descubierto por primera vez en 1974 por el pediatra británico Richard G. Roberts, quien observó una serie de características físicas y malformaciones en varios pacientes.
La historia de este síndrome comienza con el caso de un niño de tres años que presentaba una serie de anomalías craneofaciales, como una cabeza pequeña, ojos prominentes y una mandíbula subdesarrollada. Además, el niño tenía malformaciones en las extremidades, como dedos fusionados y ausencia de pulgares. Estas características físicas llamaron la atención del Dr. Roberts, quien decidió investigar más a fondo.
A medida que el Dr. Roberts examinaba a más pacientes con características similares, comenzó a notar un patrón común. Todos los afectados tenían una apariencia facial similar, con una frente alta y estrecha, ojos prominentes y una nariz pequeña. Además, presentaban malformaciones en las extremidades, como dedos fusionados, ausencia de pulgares y deformidades en los pies.
El Dr. Roberts realizó estudios genéticos en varios pacientes y descubrió que todos tenían una anomalía en el cromosoma 8. Esta anomalía consistía en una deleción en el brazo largo del cromosoma, lo que significa que faltaba una parte del material genético. Esta deleción afectaba a varios genes responsables del desarrollo normal del feto, lo que explicaba las malformaciones observadas.
A medida que se descubrían más casos de Síndrome de Roberts, se pudo establecer una lista de características comunes. Además de las malformaciones craneofaciales y de las extremidades, los afectados presentaban retraso en el crecimiento y desarrollo, problemas respiratorios y renales, y dificultades en la alimentación.
Aunque se han realizado avances en la comprensión del Síndrome de Roberts, aún no se conoce la causa exacta de la deleción en el cromosoma 8. Se cree que puede ser el resultado de una mutación espontánea durante el desarrollo embrionario, ya que no se ha encontrado un patrón hereditario claro.
El Síndrome de Roberts es una enfermedad extremadamente rara, con menos de 100 casos documentados en todo el mundo. Debido a su rareza y a la falta de información sobre la enfermedad, el diagnóstico y tratamiento adecuados pueden ser un desafío para los médicos.
A pesar de las dificultades asociadas con el Síndrome de Roberts, se han logrado avances en el manejo de los síntomas y en la atención médica de los afectados. Los tratamientos incluyen cirugías reconstructivas para corregir las malformaciones, terapia física y ocupacional para mejorar el desarrollo motor y terapia del habla para abordar las dificultades de comunicación.