La Corea de Sydenham, también conocida como corea reumática, es una enfermedad neurológica poco común que se caracteriza por movimientos involuntarios y descoordinados, conocidos como corea. Estos movimientos pueden afectar diferentes partes del cuerpo, como los brazos, las piernas, la cara y la lengua.
Si sospechas que podrías tener Corea de Sydenham, es importante que consultes a un médico para obtener un diagnóstico adecuado. Sin embargo, hay algunos síntomas y signos que podrían indicar la presencia de esta enfermedad.
Uno de los síntomas más comunes de la Corea de Sydenham es la presencia de movimientos involuntarios y descoordinados. Estos movimientos pueden ser repentinos y bruscos, y pueden empeorar con el estrés o la ansiedad. Además, es posible que experimentes dificultades para realizar tareas que requieren coordinación, como escribir o abrocharse los botones.
Además de los movimientos involuntarios, es posible que experimentes otros síntomas, como debilidad muscular, dificultades para hablar o tragar, y cambios en el comportamiento o el estado de ánimo. También es común que los síntomas empeoren durante la noche y mejoren durante el sueño.
Es importante tener en cuenta que la Corea de Sydenham generalmente se desarrolla después de una infección por estreptococo del grupo A, como la faringitis estreptocócica. Por lo tanto, si has tenido una infección reciente y comienzas a experimentar los síntomas mencionados anteriormente, es posible que debas considerar la posibilidad de la Corea de Sydenham.
Sin embargo, es fundamental que consultes a un médico para obtener un diagnóstico adecuado. El médico realizará un examen físico y revisará tu historial médico para determinar si cumples con los criterios diagnósticos de la Corea de Sydenham. Además, es posible que se realicen pruebas adicionales, como análisis de sangre o imágenes cerebrales, para descartar otras posibles causas de los síntomas.
En resumen, si sospechas que podrías tener Corea de Sydenham, es importante que consultes a un médico para obtener un diagnóstico adecuado. Los síntomas más comunes incluyen movimientos involuntarios y descoordinados, debilidad muscular y cambios en el comportamiento o el estado de ánimo. Recuerda que solo un médico puede realizar un diagnóstico preciso y brindarte el tratamiento adecuado.