La Enfermedad de Tay-Sachs es una enfermedad hereditaria autosómica recesiva. Esto significa que se hereda de ambos padres que son portadores del gen defectuoso. Los portadores del gen no presentan síntomas, pero si ambos padres son portadores, existe un 25% de probabilidad de que su hijo herede la enfermedad. La Enfermedad de Tay-Sachs es causada por la falta de una enzima necesaria para descomponer ciertos lípidos en el cerebro, lo que lleva a la acumulación de estos lípidos y al deterioro neurológico progresivo.
Sí, la Enfermedad de Tay-Sachs es una enfermedad hereditaria. Se transmite de forma autosómica recesiva, lo que significa que ambos padres deben portar el gen defectuoso para que su descendencia tenga la enfermedad.
La enfermedad de Tay-Sachs es causada por una mutación en el gen HEXA, que codifica la enzima hexosaminidasa A (Hex A). Esta enzima es responsable de descomponer una sustancia grasa llamada gangliósido GM2 en el cerebro. Cuando el gen HEXA está mutado, la enzima Hex A no se produce en cantidades suficientes, lo que resulta en la acumulación de gangliósido GM2 en las células nerviosas del cerebro.
Cuando dos portadores del gen mutado tienen un hijo, existe un 25% de probabilidad de que el niño herede dos copias del gen mutado y desarrolle la enfermedad de Tay-Sachs. Los portadores, que tienen una copia del gen mutado y una copia normal, no presentan síntomas de la enfermedad, pero pueden transmitir el gen mutado a sus hijos.
La enfermedad de Tay-Sachs es más común en ciertas poblaciones étnicas, como los judíos de ascendencia ashkenazi. En estas poblaciones, la frecuencia de portadores del gen mutado es más alta, lo que aumenta el riesgo de tener un hijo afectado.
Los síntomas de la enfermedad de Tay-Sachs generalmente comienzan en la infancia temprana. Los niños afectados pueden experimentar retraso en el desarrollo, pérdida de habilidades motoras, problemas de visión y audición, convulsiones y deterioro cognitivo progresivo. Desafortunadamente, la enfermedad es degenerativa y no tiene cura, lo que lleva a un deterioro neurológico severo y, en la mayoría de los casos, a la muerte en la infancia o la niñez temprana.
La detección de portadores y el asesoramiento genético son importantes para las parejas que tienen antecedentes familiares de la enfermedad de Tay-Sachs o pertenecen a poblaciones de alto riesgo. Estas medidas pueden ayudar a prevenir la transmisión de la enfermedad a futuras generaciones y brindar apoyo a las familias afectadas.