El Tumor de Wilms, también conocido como nefroblastoma, es un tipo de cáncer que afecta principalmente a los niños. Fue descrito por primera vez en 1899 por el médico alemán Max Wilms, de quien toma su nombre.
La historia de este tumor comienza con los primeros casos documentados en la literatura médica. En aquel entonces, se desconocía la causa exacta de esta enfermedad y su tratamiento era limitado. A medida que avanzaba la investigación médica, se descubrió que el Tumor de Wilms se originaba en las células del riñón y que su crecimiento era rápido y agresivo.
A lo largo del siglo XX, se realizaron numerosos avances en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Se descubrió que el Tumor de Wilms era más común en niños de corta edad y que su incidencia era mayor en aquellos con ciertos trastornos genéticos. Esto llevó a la identificación de genes específicos asociados con el desarrollo de este tumor.
En la actualidad, el Tumor de Wilms se considera uno de los cánceres infantiles más tratables y con altas tasas de supervivencia. Los avances en la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia han permitido mejorar el pronóstico de los pacientes afectados.
A pesar de los avances, la investigación sobre el Tumor de Wilms continúa en busca de mejores tratamientos y una comprensión más profunda de los factores que contribuyen a su desarrollo. La detección temprana y el tratamiento adecuado siguen siendo fundamentales para mejorar el pronóstico de los niños afectados por esta enfermedad.