La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos infectados. Es causada por el virus de la fiebre amarilla, que pertenece a la familia Flaviviridae. Aunque la enfermedad puede ser leve o incluso asintomática en algunos casos, puede volverse grave e incluso fatal en otros.
La principal causa de la fiebre amarilla es la picadura de mosquitos infectados, especialmente los del género Aedes y Haemagogus. Estos mosquitos se encuentran principalmente en áreas tropicales y subtropicales de África y América del Sur, donde la enfermedad es endémica. Los mosquitos se infectan al picar a una persona o un animal infectado y luego transmiten el virus a otras personas a través de su saliva durante las picaduras.
Además de la transmisión por mosquitos, la fiebre amarilla también puede transmitirse de persona a persona a través de la sangre, especialmente durante transfusiones sanguíneas o procedimientos médicos invasivos. Sin embargo, esta forma de transmisión es poco común y solo ocurre en casos muy específicos.
La fiebre amarilla no se transmite de persona a persona a través del contacto casual, como el contacto directo o el contacto con objetos contaminados. Solo se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados o por exposición a sangre infectada.
Las áreas donde la fiebre amarilla es endémica suelen ser zonas rurales o selváticas, donde los mosquitos y los hospedadores animales (principalmente monos) están presentes. La deforestación y la urbanización descontrolada pueden aumentar el contacto entre los mosquitos y los humanos, lo que aumenta el riesgo de transmisión de la enfermedad.
La vacunación es la forma más efectiva de prevenir la fiebre amarilla. La vacuna contra la fiebre amarilla está compuesta por virus vivos atenuados y proporciona inmunidad duradera contra la enfermedad. Se recomienda vacunarse al menos 10 días antes de viajar a áreas endémicas y se requiere un certificado de vacunación para ingresar a algunos países.
En resumen, la fiebre amarilla es causada por la picadura de mosquitos infectados con el virus de la fiebre amarilla. Las áreas tropicales y subtropicales de África y América del Sur son las más afectadas. La deforestación y la urbanización descontrolada pueden aumentar el riesgo de transmisión. La vacunación es la forma más efectiva de prevenir la enfermedad.