El Querubismo es un estilo artístico que se desarrolló durante el siglo XVI en Portugal, específicamente en la región de Braga. Su nombre proviene de la palabra "querubín", que hace referencia a los ángeles jóvenes y hermosos que aparecen en la iconografía religiosa.
La historia del Querubismo se remonta a la época del Renacimiento, cuando Portugal estaba bajo el dominio de la corona española. Durante este período, la influencia de la escuela flamenca y española en el arte portugués era evidente. Sin embargo, el Querubismo se destacó por su estilo único y distintivo.
El Querubismo se caracteriza por la representación de figuras angelicales con rostros redondeados y sonrientes, ojos grandes y expresivos, y cuerpos delicados y estilizados. Estas figuras suelen estar rodeadas de elementos decorativos, como guirnaldas de flores y frutas, que aportan un sentido de belleza y armonía a las composiciones.
El máximo exponente del Querubismo fue el pintor portugués Diogo de Macedo. Sus obras, como "La Anunciación" y "La Adoración de los Magos", son ejemplos destacados de este estilo. Diogo de Macedo logró capturar la esencia de la espiritualidad y la devoción a través de sus representaciones de ángeles y escenas religiosas.
El Querubismo tuvo un impacto significativo en el arte portugués de la época, influyendo en otros artistas y generando una corriente artística propia. Sin embargo, su popularidad fue efímera y comenzó a declinar a finales del siglo XVI, cuando el estilo barroco comenzó a ganar protagonismo en Portugal.
A pesar de su corta existencia, el Querubismo dejó un legado duradero en la historia del arte portugués. Su estilo único y su enfoque en la representación de la belleza celestial y la espiritualidad continúan siendo apreciados hasta el día de hoy. El Querubismo es considerado como una expresión artística distintiva de la identidad cultural portuguesa y una muestra de la creatividad y la innovación de los artistas de la época.