La Enfermedad Granulomatosa Crónica (EGC) es una enfermedad genética rara que afecta el sistema inmunológico. Se caracteriza por la incapacidad de los glóbulos blancos para producir una enzima llamada NADPH oxidasa, lo que resulta en una disminución de la capacidad del sistema inmunológico para combatir infecciones bacterianas y fúngicas.
El diagnóstico de la EGC implica una serie de pasos que incluyen la evaluación clínica, pruebas de laboratorio y pruebas genéticas. El proceso de diagnóstico puede ser complejo y requiere la colaboración de varios especialistas, como inmunólogos, hematologistas y genetistas.
El primer paso en el diagnóstico de la EGC es una evaluación clínica exhaustiva. El médico recopilará información sobre los síntomas del paciente, antecedentes médicos familiares y exposición a infecciones recurrentes. Los síntomas comunes de la EGC incluyen infecciones recurrentes del tracto respiratorio, abscesos en la piel y problemas gastrointestinales.
Después de la evaluación clínica inicial, se realizan pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico de la EGC. Estas pruebas incluyen análisis de sangre para medir la función de los glóbulos blancos y evaluar la capacidad de los neutrófilos para producir especies reactivas de oxígeno. La prueba más común utilizada para evaluar la función de los neutrófilos es la prueba de reducción del nitroazul de tetrazolio (NBT), que mide la capacidad de los neutrófilos para reducir un compuesto químico.
Si los resultados de las pruebas de laboratorio sugieren una disfunción de los neutrófilos, se realiza una prueba de confirmación llamada prueba de la dihidrorrodamina (DHR). Esta prueba evalúa la capacidad de los neutrófilos para producir especies reactivas de oxígeno en respuesta a un estímulo bacteriano. Si los resultados de la prueba de DHR son anormales, esto confirma el diagnóstico de EGC.
Una vez confirmado el diagnóstico clínico y de laboratorio de la EGC, se recomienda realizar pruebas genéticas para identificar la mutación específica en el gen responsable de la enfermedad. La EGC es causada por mutaciones en los genes CYBB, CYBA, NCF1, NCF2 o NCF4, que codifican las subunidades de la enzima NADPH oxidasa.
Las pruebas genéticas pueden realizarse mediante secuenciación del ADN para identificar mutaciones específicas en los genes mencionados anteriormente. Estas pruebas pueden ayudar a confirmar el diagnóstico de EGC y también pueden ser útiles para el asesoramiento genético y la detección de portadores en familiares cercanos.
En resumen, el diagnóstico de la Enfermedad Granulomatosa Crónica implica una evaluación clínica exhaustiva, pruebas de laboratorio para evaluar la función de los glóbulos blancos y pruebas genéticas para identificar mutaciones específicas en los genes responsables de la enfermedad. La colaboración entre diferentes especialistas es fundamental para un diagnóstico preciso y completo. Si se sospecha de EGC, es importante buscar atención médica especializada para recibir un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno.