Es complicado responder a esta pregunta. La felicidad es un sentimiento muy particular y cada paciente vive su enfermedad de forma diferente. En mi caso concreto, lo que me ha permitido vivir mejor ha sido, en primer lugar, disponer de un diagnóstico y un tratamiento (aunque ha sido necesario adaptarlo con el paso del tiempo). En segundo término, conocer los detalles de la enfermedad y estar al tanto de los últimos avances científicos es un recurso muy importante ya que considero que el enfermo debe ser el mayor "especialista" en su afección, máxime cuando hablamos de enfermedades raras.