La Hemocromatosis Hereditaria es una enfermedad genética que afecta la regulación del hierro en el organismo. Se caracteriza por una acumulación excesiva de hierro en los tejidos y órganos, lo que puede llevar a daño y disfunción de estos.
Esta condición es heredada de forma autosómica recesiva, lo que significa que ambos padres deben transmitir el gen mutado para que se desarrolle la enfermedad. El gen responsable de la Hemocromatosis Hereditaria se llama HFE y se encuentra en el cromosoma 6.
El exceso de hierro se acumula principalmente en el hígado, corazón, páncreas y articulaciones. A medida que el hierro se acumula, puede causar daño y cicatrización en estos órganos, lo que puede llevar a enfermedades graves como cirrosis hepática, diabetes, enfermedades cardíacas y artritis.
Los síntomas de la Hemocromatosis Hereditaria pueden variar ampliamente y pueden incluir fatiga, debilidad, dolor en las articulaciones, pérdida de peso inexplicada, coloración bronceada de la piel y problemas sexuales. Sin embargo, algunos individuos pueden no presentar síntomas en las etapas iniciales de la enfermedad.
El diagnóstico de la Hemocromatosis Hereditaria se realiza a través de pruebas de laboratorio que evalúan los niveles de hierro en el cuerpo, como la ferritina y la saturación de transferrina. Además, se pueden realizar pruebas genéticas para confirmar la presencia de mutaciones en el gen HFE.
El tratamiento de la Hemocromatosis Hereditaria consiste en la extracción regular de sangre, conocida como flebotomía, para reducir los niveles de hierro en el organismo. Esto se realiza hasta que los niveles de hierro se normalicen y luego se continúa con flebotomías de mantenimiento periódicas.
En resumen, la Hemocromatosis Hereditaria es una enfermedad genética que causa una acumulación excesiva de hierro en el organismo, lo que puede llevar a daño y disfunción de los órganos. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio y el tratamiento principal es la flebotomía para reducir los niveles de hierro.