Cuando tenemos una enfermedad como el ITP, tenemos que entender que nos convertimos en sus pacientes de por vida. El primer paso es la aceptación. Una vez que aceptamos nuestra condición, todo se vuelve más fácil. Hay ciertas limitaciones y es necesario aceptar a ellos y vivir con ellos. La felicidad pasa con PIT o sin. Nuestra felicidad no puede estar condicionado a un estado de salud.