Es un proceso en el que la aceptación de las limitaciones, parece un propósito inalcanzable pero se puede llegar a vivir bien.
Toca reevaluar todos nuestros conceptos, proyecto de vida y la vida misma.
Pero algo con lo que no estoy de acuerdo es que nos condenen a soportar dolores intensos y que no solo nos pidan aguantar dolor sino rendir cono si no los tuviéramos.
Después de pasar por muchos urólogos que me decían que no había nada que hacer y que me acostumbrara a no dormir, estudiar, descansar, y hasta poder concentrarme, un dolor intenso interfiere con todo, encontré profesionales que hicieron lo posible para ayudarme a disminuir el dolor y lo lograron. Todavía creo que mi dolor es alto, en algunos momentos y que me restringe mucho pero sigo luchando por manejarlo mejor.
El conflicto, en mi opinión, es que la CI genera poca o mucha discapacidad por el dolor, el cansancio y la urgencia de orinar, una necesidad básica del ser humano que no da espera a ser resuelta, hacen complicado cumplir con las responsabilidades diarias y como nuestra discapacidad es invisible, muchas veces somos, injustamente, presionados para cumplirlas.
Esto es algo que viene y va, algunos días son buenos, otros malos, algunas facilidades para los afectados de CI serían de mucha ayuda.
La posibilidad de tener un asiento prioritario en el transporte público, atención prioritaria en salud y en servicios públicos, la posibilidad de pedir un baño en cualquier lugar y para quienes están muy afectados un grado de discapacidad suficiente para obtener pensión.
Pero no es para asustarse, con dieta y tratamiento se puede llegar a controlar los síntomas en la mayoría de los casos, pero a mi el dolor y la urgencia nunca se me van del todo y creo que es justo tener más facilidades para poder tener más libertad.
Yo vivo feliz, me costó, aun me cuesta, pero se que si algunas cosas cambian, el acceso a los tratamientos disponibles es más fácil y se fomenta la investigación sobre esta enfermedad, pues es prácticamente nula la investigación, se puede recuperar mucha calidad de vida.