La hipertensión pulmonar es una enfermedad crónica que afecta los vasos sanguíneos en los pulmones y el corazón. A medida que la presión arterial en los vasos pulmonares aumenta, se produce un estrechamiento y endurecimiento de las arterias, lo que dificulta el flujo sanguíneo y puede llevar a complicaciones graves.
Los síntomas de la hipertensión pulmonar pueden variar según el grado de gravedad de la enfermedad y pueden ser similares a los de otras afecciones pulmonares o cardíacas. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
1. Falta de aliento: Es uno de los síntomas más comunes de la hipertensión pulmonar. La dificultad para respirar puede empeorar con la actividad física y progresar a medida que la enfermedad avanza.
2. Fatiga: Muchas personas con hipertensión pulmonar experimentan una sensación constante de cansancio y falta de energía. Esto puede deberse a la falta de oxígeno en el cuerpo debido a la disminución del flujo sanguíneo.
3. Dolor en el pecho: Algunas personas pueden experimentar dolor o presión en el pecho. Esto puede deberse a la tensión adicional en el corazón y los pulmones debido a la presión arterial elevada.
4. Mareos o desmayos: La falta de oxígeno en el cuerpo puede provocar mareos o desmayos. Esto puede ocurrir especialmente durante la actividad física o al estar de pie durante períodos prolongados.
5. Hinchazón en las piernas y los tobillos: La hipertensión pulmonar puede causar acumulación de líquido en el cuerpo, lo que puede llevar a la hinchazón en las extremidades inferiores.
6. Ritmo cardíaco acelerado: Muchas personas con hipertensión pulmonar experimentan un aumento en la frecuencia cardíaca. Esto puede ser una respuesta del corazón al esfuerzo adicional que realiza para bombear sangre a través de los vasos pulmonares estrechados.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden ser similares a los de otras afecciones pulmonares o cardíacas, por lo que es fundamental buscar atención médica para obtener un diagnóstico adecuado. El médico puede realizar una evaluación completa, incluyendo pruebas de función pulmonar, ecocardiograma y cateterismo cardíaco derecho, para confirmar el diagnóstico de hipertensión pulmonar.
En conclusión, la hipertensión pulmonar es una enfermedad crónica que afecta los vasos sanguíneos en los pulmones y el corazón. Los síntomas más comunes incluyen falta de aliento, fatiga, dolor en el pecho, mareos o desmayos, hinchazón en las piernas y los tobillos, y ritmo cardíaco acelerado. Es importante buscar atención médica para obtener un diagnóstico adecuado y recibir el tratamiento adecuado.