La expectativa de vida con Síndrome de Tourette es similar a la de la población general, aun cuando se trata de un trastorno crónico y para toda la vida. Una persona diagnosticada con esta condición puede llevar una vida normal y exitosa.
Muchos pacientes mejoran al finalizar la adolescencia, experimentando incluso la remisión total de los síntomas. De hecho, los últimos estudios sugieren que un tercio de los niños estarán libres de síntomas cuando cumplan los 20 años, mientras que sólo un tercio tendrá tics leves.
Acudir a un médico especializado para tratar la depresión, ansiedad generalizada, ataques de pánico o cambios de humor puede mejorar la calidad de vida del paciente en la edad adulta.