La Alimentación Selectiva Restringida Evitante (ARFID, por sus siglas en inglés) es un trastorno alimentario poco conocido que se caracteriza por la evitación o restricción de ciertos alimentos debido a la aversión sensorial, el miedo a la asfixia o la falta de interés en la comida. Aunque no se sabe exactamente cuándo se originó este trastorno, se cree que ha existido a lo largo de la historia de la humanidad.
En la antigüedad, la alimentación selectiva podría haber sido una respuesta adaptativa para evitar alimentos tóxicos o en mal estado. Sin embargo, en la actualidad, la ARFID se considera un trastorno psicológico que puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de quienes lo padecen.
A lo largo de los años, la ARFID ha sido objeto de debate y ha recibido diferentes nombres, como "trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos" o "trastorno alimentario selectivo". Sin embargo, en 2013, fue incluida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) como una categoría diagnóstica separada.
La ARFID puede afectar a personas de todas las edades, pero se observa con mayor frecuencia en la infancia y la adolescencia. Los síntomas pueden variar ampliamente, desde la evitación de grupos enteros de alimentos hasta la restricción de la ingesta calórica total. Las causas exactas de la ARFID aún no se comprenden completamente, pero se cree que pueden estar relacionadas con factores genéticos, ambientales y psicológicos.
Afortunadamente, la ARFID puede tratarse con terapia cognitivo-conductual, terapia de exposición y otras intervenciones especializadas. A medida que se ha ido reconociendo y estudiando más, se han desarrollado enfoques terapéuticos más efectivos para ayudar a las personas a superar este trastorno y mejorar su relación con la comida y la nutrición.