El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta principalmente a los niños, aunque también puede afectar a los adultos. Los síntomas del sarampión suelen aparecer entre 10 y 14 días después de la exposición al virus.
Uno de los primeros síntomas del sarampión es la fiebre alta, que puede durar varios días. Además, se puede presentar tos seca, congestión nasal y ojos rojos y llorosos. Estos síntomas iniciales pueden confundirse con un resfriado común, pero lo que distingue al sarampión es la aparición de una erupción cutánea característica.
La erupción del sarampión comienza en la cara y se extiende hacia abajo por el cuerpo. Las manchas rojas y planas se fusionan entre sí, creando grandes áreas de enrojecimiento. Esta erupción puede causar picazón y suele durar alrededor de una semana. A medida que la erupción desaparece, la piel puede descamarse.
Además de la fiebre y la erupción, el sarampión puede causar otros síntomas como dolor de garganta, dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, pérdida de apetito y malestar general. En algunos casos, también puede haber inflamación de los ganglios linfáticos.
Es importante destacar que el sarampión puede tener complicaciones graves, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados. Estas complicaciones pueden incluir neumonía, infecciones del oído, encefalitis (inflamación del cerebro) e incluso la muerte.
La mejor manera de prevenir el sarampión es a través de la vacunación. La vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) es segura y altamente efectiva. Se recomienda que los niños reciban dos dosis de la vacuna, la primera alrededor de los 12-15 meses de edad y la segunda entre los 4 y 6 años.
En resumen, los síntomas del sarampión incluyen fiebre alta, tos seca, congestión nasal, ojos rojos y llorosos, y una erupción cutánea característica que comienza en la cara y se extiende hacia abajo por el cuerpo. Otros síntomas pueden incluir dolor de garganta, dolor de cabeza, sensibilidad a la luz y malestar general. La vacunación es la mejor forma de prevenir el sarampión y sus complicaciones.