Las personas con síndrome de Angelman tienen la misma esperanza de vida que la media de la población, a pesar de los retrasos severos del desarrollo, las limitaciones del habla y dificultades motoras.
En general, el síndrome de Angelman no muestra una regresión del desarrollo a medida que el paciente envejece. Además, el diagnóstico precoz y las terapias adaptadas pueden ayudar a mejorar su calidad de vida.