Mi hija de tres años fue diagnosticada con Fibrosis Quística a raíz de la prueba del talón. Poco después tuvo su primer ingreso y su primera infección por pseudomona.
Hoy es una niña normal que va al colegio y participa de todas las actividades de los niños de su edad.
No nos libramos de visitas al hospital para realizar cultivos y de la administración sistemática de antibióticos.
Pero insisto, hoy es una niña feliz y absolutamente normal.
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