La Enfermedad de Still, también conocida como Artritis Idiopática Juvenil, es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a niños y adolescentes. Fue descubierta por primera vez en 1897 por el médico británico George Frederic Still, quien observó un grupo de pacientes jóvenes con síntomas similares.
La enfermedad se caracteriza por la presencia de fiebre alta y persistente, erupción cutánea, inflamación de las articulaciones, ganglios linfáticos agrandados, dolor abdominal y otros síntomas generales. Aunque la causa exacta de la Enfermedad de Still no se conoce, se cree que tiene un componente genético y que puede ser desencadenada por factores ambientales.
Inicialmente, la Enfermedad de Still se consideraba una forma de artritis reumatoide juvenil, pero con el tiempo se ha reconocido como una entidad separada. Se han identificado diferentes subtipos de la enfermedad, como la forma sistémica, la forma poliarticular y la forma oligoarticular, cada una con características clínicas distintas.
La forma sistémica de la Enfermedad de Still es la más grave y afecta a múltiples órganos y sistemas del cuerpo. Los pacientes pueden experimentar fiebre alta diaria, erupción cutánea evanescente, inflamación de las articulaciones, dolor abdominal, inflamación del hígado y el bazo, y otros síntomas sistémicos. Esta forma de la enfermedad puede ser potencialmente mortal si no se trata adecuadamente.
La forma poliarticular de la Enfermedad de Still se caracteriza por la inflamación de cinco o más articulaciones. Los pacientes pueden experimentar dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones afectadas, lo que puede limitar su movilidad y causar discapacidad a largo plazo.
La forma oligoarticular de la Enfermedad de Still afecta a menos de cinco articulaciones y generalmente se presenta en niños más pequeños. Los síntomas pueden incluir inflamación de las articulaciones, fiebre y erupción cutánea.
El diagnóstico de la Enfermedad de Still se basa en la presencia de los síntomas característicos y en la exclusión de otras enfermedades similares. No existe una cura para la enfermedad, pero el tratamiento se centra en controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Se utilizan medicamentos antiinflamatorios, corticosteroides y medicamentos modificadores de la enfermedad para reducir la inflamación y el dolor.
Aunque la Enfermedad de Still es una condición crónica, muchos pacientes pueden llevar una vida normal con un tratamiento adecuado. Sin embargo, es importante un seguimiento médico regular para controlar los síntomas y prevenir posibles complicaciones a largo plazo.