Esa pregunta me la hago cada día. Es muy complicado ser feliz teniendo dolores diariamente. Esta enfermedad es una tortura, en cuanto a dolor. Se sufre una montaña rusa emocional que te lleva de la euforia a los pensamientos suicidas en cuestión de 24 horas.
Mi experiencia me lleva a que cuando me ponen el rituximab, mejoro cuando ha pasado un mes desde que me lo han puesto. Después paso 3 meses que me siento muy bien. Mi cerebro piensa que podrá recuperar la vida que tenía antes de enfermar. Empiezas a hacer ejercicio, perder peso, sentirte bien, rozas la felicidad durante unos días pero cuando entras en el cuarto mes, los dolores empiezan a volver y ahí comienzas la bajada de la montaña rusa emocional. Desde el cuarto mes hasta el sexto mes, que es cuando vuelven a ponerte de nuevo el medicamento, pasas por unos estados emocionales de mal humor, ira, llanto desconsolado, pensamientos suicidas, apatía, desconsuelo, tristeza extrema...todos estas emociones llegan cuando empiezan a aparecer nuevamente los dolores.
Cuando llega el sexto mes, empiezas de nuevo la rueda. Hay que tener una fuerza mental muy grande para soportar esta enfermedad.